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martes, 26 de septiembre de 2017
martes, 27 de septiembre de 2016
SALVOCHEA...DIPUTADO HONORIFICO
SALVOCHEA DIPUTADO…HONORÍFICO
Y van 109 los años desde que un 27 de septiembre de 1907
falleciera Fermín Salvochea. Un año más Cádiz lo recuerda y poco más. De año a
año y tira de nuevo porque toca. El “Salvochea power” de las manifestaciones
del 15-M sigue durmiendo los otros trescientos sesenta y cuatro días. Es cierto
que, hasta no hace tanto, ni siquiera había esto. Pero también lo es que todo alienta
un aire marchito, alicaído, rutinario.
Este año se termina, por fin, la instalación de los azulejos
de una ruta para la que recaudó el dinero a través de un libro, que no se realiza. También, en la plaza de Loreto,
en el acto más vivo, ante el busto allí erigido, se depositará flores, los
niños del colegio leerán poemas y habrá diversas intervenciones. Por último, en
la Diputación Provincial, Juan Cejudo intervendrá en el marco de los actos
organizados por la Asociación Amigos de Salvochea.
Es precisamente una iniciativa de la institución provincial
la que nos lleva a escribir estas líneas. No sabemos si alguien recordará que
en el año 2008 estaba previsto nombrar a Salvochea hijo adoptivo de la
provincia. Un reconocimiento a la figura de quien habiendo tenido la
posibilidad de ser todo en la política oficial, la abandonó para comprometerse
con la social, con su actuación al margen de aquella. Sin embargo, Salvochea
nunca ha tenido suerte con las instituciones.
Todo preparado resulta que, unos días antes de los
nombramientos, falleció en Sanlúcar de Barrameda, la duquesa de Medina Sidonia,
la “Duquesa Roja”. Naturalmente, la corporación socialista en el poder
provincial entonces, no dudó en apurar los plazos para reconocer debidamente a
quien había dedicado su vida a la justicia, la cultura, la investigación y a
hacer valer a la democracia en tiempos difíciles. Nada mejor que nombrarla hija
adoptiva provincial. Pero había que salvar un pequeño escollo, que ya se sabe
que cuando hay voluntad de decisión nunca los hay grandes: ¿Qué hacer con
Salvochea? Otro difunto ilustre cuya vida, como aseguro entonces el presidente
de la Diputación “fue un claro ejemplo de lucha por la justicia y entrega a
unos ideales” y siempre “del lado de los más humildes”.
La solución que se encontró fue la de desplazar al
revolucionario a la categoría de “diputado honorífico”. No se si los restos que
queden de Salvochea en la entrada del cementerio de San José se revolvieron
mucho o poco. Resultaba que quien había huido de esos cargos, que cuando lo
pudo ser le fue arrebatado por ser un presidiario, ahora se le elevaba a esa categoría.
Desde muy diferentes sectores se han levantado voces en
diversas ocasiones sobre la banalización de la figura de Salvochea. De esa idea
de elevarlo a una especie de limbo en el que las ideas abstractas de bondad,
lucha, compromiso, rebelión permitieran encajarlo en lo políticamente correcto
y en el interclasismo que, salvo excepciones, impregna su imagen en la sociedad
gaditana. Así que el Salvochea anarquista podía ser perfectamente diputado
honorífico.
Apenas hubo oposición. Salvochea, como todo mito, es una
figura que se agita de la forma que se crea más conveniente. Aún más en una
sociedad tan desmovilizada como la gaditana y en la que su ilustre antepasado
no ocupa un lugar preferente entre sus inquietudes. Da igual el grado de
ilustración que tenga.
Han pasado ocho años, Todo sigue igual. Quizás sea el
momento que las entidades organizadas en torno a Salvochea, en especial el
Ateneo Libertario que no sólo lleva su nombre sino que recoge sus ideas,
encabecen las gestiones para plantear a la Diputación provincial
que, si de verdad, quiere reconocerle no se le ofenda con esa distinción y, en
todo caso, retome la idea primera de nombrarle hijo adoptivo. O mejor, que lo
deje sin ninguna. Seguro que Salvochea no se mosquea.
José Luís Gutiérrez Molina
Juan Alarcón Almoguera
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