martes, 27 de septiembre de 2016

SALVOCHEA...DIPUTADO HONORIFICO


SALVOCHEA DIPUTADO…HONORÍFICO


Y van 109 los años desde que un 27 de septiembre de 1907 falleciera Fermín Salvochea. Un año más Cádiz lo recuerda y poco más. De año a año y tira de nuevo porque toca. El “Salvochea power” de las manifestaciones del 15-M sigue durmiendo los otros trescientos sesenta y cuatro días. Es cierto que, hasta no hace tanto, ni siquiera había esto. Pero también lo es que todo alienta un aire marchito, alicaído, rutinario.

Este año se termina, por fin, la instalación de los azulejos de una ruta para la que recaudó el dinero a través de un libro, que  no se realiza. También, en la plaza de Loreto, en el acto más vivo, ante el busto allí erigido, se depositará flores, los niños del colegio leerán poemas y habrá diversas intervenciones. Por último, en la Diputación Provincial, Juan Cejudo intervendrá en el marco de los actos organizados por la Asociación Amigos de Salvochea.

Es precisamente una iniciativa de la institución provincial la que nos lleva a escribir estas líneas. No sabemos si alguien recordará que en el año 2008 estaba previsto nombrar a Salvochea hijo adoptivo de la provincia. Un reconocimiento a la figura de quien habiendo tenido la posibilidad de ser todo en la política oficial, la abandonó para comprometerse con la social, con su actuación al margen de aquella. Sin embargo, Salvochea nunca ha tenido suerte con las instituciones.

Todo preparado resulta que, unos días antes de los nombramientos, falleció en Sanlúcar de Barrameda, la duquesa de Medina Sidonia, la “Duquesa Roja”. Naturalmente, la corporación socialista en el poder provincial entonces, no dudó en apurar los plazos para reconocer debidamente a quien había dedicado su vida a la justicia, la cultura, la investigación y a hacer valer a la democracia en tiempos difíciles. Nada mejor que nombrarla hija adoptiva provincial. Pero había que salvar un pequeño escollo, que ya se sabe que cuando hay voluntad de decisión nunca los hay grandes: ¿Qué hacer con Salvochea? Otro difunto ilustre cuya vida, como aseguro entonces el presidente de la Diputación “fue un claro ejemplo de lucha por la justicia y entrega a unos ideales” y siempre “del lado de los más humildes”.

La solución que se encontró fue la de desplazar al revolucionario a la categoría de “diputado honorífico”. No se si los restos que queden de Salvochea en la entrada del cementerio de San José se revolvieron mucho o poco. Resultaba que quien había huido de esos cargos, que cuando lo pudo ser le fue arrebatado por ser un presidiario, ahora se le elevaba a esa categoría.

Desde muy diferentes sectores se han levantado voces en diversas ocasiones sobre la banalización de la figura de Salvochea. De esa idea de elevarlo a una especie de limbo en el que las ideas abstractas de bondad, lucha, compromiso, rebelión permitieran encajarlo en lo políticamente correcto y en el interclasismo que, salvo excepciones, impregna su imagen en la sociedad gaditana. Así que el Salvochea anarquista podía ser perfectamente diputado honorífico.

Apenas hubo oposición. Salvochea, como todo mito, es una figura que se agita de la forma que se crea más conveniente. Aún más en una sociedad tan desmovilizada como la gaditana y en la que su ilustre antepasado no ocupa un lugar preferente entre sus inquietudes. Da igual el grado de ilustración que tenga.

Han pasado ocho años, Todo sigue igual. Quizás sea el momento que las entidades organizadas en torno a Salvochea, en especial el Ateneo Libertario que no sólo lleva su nombre sino que recoge sus ideas, encabecen las gestiones para plantear a la Diputación provincial que, si de verdad, quiere reconocerle no se le ofenda con esa distinción y, en todo caso, retome la idea primera de nombrarle hijo adoptivo. O mejor, que lo deje sin ninguna. Seguro que Salvochea no se mosquea.


José Luís Gutiérrez Molina

Juan Alarcón Almoguera